Con el buen tiempo tenemos presente que las barbacoas son lo que triunfan en nuestras mesas. Desde tiempos primitivos ha sido una forma de cocinar los alimentos y hoy en día perdura esta forma por el sabor que aporta. Es un sabor ahumado que nos fascina. Por ello os daremos los mejores trucos para triunfar en las barbacoas, porque estamos seguros de que más de alguno no lo conocías.
Hay que tener en cuenta en si preferimos la barbacoa o la parrilla. Son dos opciones que funcionan de maravilla, pero tienen sus diferencias. Conocemos las parrillas como la típica que usamos, dónde está su correspondiente rejilla y nada más. La barbacoa es igual que la parrilla, pero con tapadera. Para mucha gente esto es una ventaja, ya que al proporcionarse la tapadera estamos creando una brasa con mejor cocción e incluso provocando un ahumado mucho mejor en los alimentos.
¿Cuál es el mejor combustible para nuestras barbacoas?
El combustible es la pieza estrella de nuestra barbacoa. En la mayoría solemos usar el tradicional carbón que se nos suministra en tiendas, ya que muchos están creados a base de encina, prenden rápido y crean un sabor auténtico a barbacoa.
Pero muchos prefieren usar la leña, a ser preferible la de encina, ya que es el resultado de un sabor casi perfecto. La única desventaja es que tenemos que crear brasas al tratarse de madera y por lo tanto tardaremos el doble de tiempo en preparar nuestra barbacoa. Otra madera que podemos utilizar es el sarmiento, la de la viña, con un sabor muy característico y para poder hacer carnes y arroces.
Cómo preparar la carne
Si se conoce los números de los comensales es importante calcular los kilos de carne que vamos a necesitar. Por cada persona se calcula entre 350 y 400 g de carne. Por ejemplo: si van a acudir 10 personas se puede calcular casi 4 kilos de carne, entre ellos 2 kilos de chorizos, morcilla, panceta… y otros 2 kilos de carne magra. Por otro lado, son importantes estos otros consejos:
¿Cómo cocinar la carne?
- Sacar la carne del frigorífico 1 hora antes de cocinarla.
- Cuando esté la barbacoa con las brasas listas es cuando hay que añadir la carne para cocinarla.
¿Podemos salar la carne antes o después? Es una cuestión que tiene dos matices. Se recomienda no salar la carne hasta que no se saque la carne de la barbacoa. La razón es porque pierde su jugosidad mientras se cocina y queda finalmente muy seca. Pero los argentinos hacen todo lo contrario, suelen salar su carne antes de meterlas en la barbacoa y les queda de maravilla. Nuestro consejo: si la carne no es muy gruesa es mejor salarla después de cocinarla.
No hay nada mejor que preparar la carne y que sepa a su propio sabor, pero hay personas que le gusta ir más allá y añadir otros condimentos y especias. Se puede añadir ajo en polvo, pimienta negra o hierbas aromáticas. Muchos de los aliños saben mejor si se dejar macerar en la carne, al menos una noche anterior.
Otra idea es preparar alguna salsa casera, ya que es muy buena opción para optimizar el resultado de la barbacoa. En nuestro recetario puedes probar con nuestra salsa chimichurri o salsa romesco.
Hay que cocinar primero toda la carne tipo chorizos, panceta, morcilla, alitas de pollo, pinchos morunos…La carne con piezas mucho más grandes las asaremos después, para que los primeros se vayan comiendo primero y se vayan cocinando las carnes segundas.
No hay que tener prisa a la hora de cocinar la carne, ya que es preferible que se cocine lentamente. Si hay piezas muy grandes se pueden poner al principio, junto a los entrantes, para que se puedan ir cocinando con tiempo.
Un dato muy curioso es que hay personas que utilizan el termómetro para saber en qué momento está la carne en su punto exacto de cocción. Incluso utilizan aparatos de última tecnología para que monitoricen la temperatura y puedan enviar las notificaciones al teléfono. En cuanto llega el aviso tan solo tienen que acercarse, voltear la carne y servir.
Recomendaciones para apagar la barbacoa
Hay que dejar que la barbacoa se apague sola. Aunque parezca que las brasas estén apagadas hay que tener cuidado porque puede quedar mucho calor en su interior. No hay que arrojar agua por encima, tan solo cubrir con la misma tapadera para que se apague sola. Si no tiene tapadera habrá que apartar la leña o el carbón que no se haya quemado y esperar a que se apaguen las brasas.
Limpia bien la rejilla, ya que los restos pueden incidir negativamente en las futuras barbacoas. Podremos limpiarla cuando todavía esté algo caliente, para aprovechar el calor. Podemos utilizar cepillos con cerdas de acero o una herramienta similar para que se pueda rascar a fondo. También se puede utilizar una esponja de dos caras, con una parte suave y otra que contenga un estropajo suave.