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Recetas hechas con gelatina: ideas dulces y saladas que triunfan

  • La gelatina aporta colágeno, es baja en grasa y admite recetas dulces y saladas.
  • Historia clave: de la extracción lenta al auge con la gelatina en polvo.
  • Repertorio variado: espumosas, afrutadas, panna cotta, mousse y áspics.
  • Tendencias: mosaicos, café, cítricos y versiones populares que arrasan.

Recetas con gelatina

La gelatina tiene fama de sencilla, pero es pura magia culinaria: un ingrediente barato, rico en colágeno y tremendamente versátil que nos permite preparar postres frescos, caprichos cremosos y hasta platos salados con empaque de gala. Cuando aprieta el calor apetece su textura temblorosa y ligera; cuando refresca, se agradece lo fácil que resulta dejarla cuajar en la nevera mientras nos ocupamos de otras cosas.

En este especial reunimos historia, propiedades y un buen puñado de ideas para que te animes a experimentar. Verás opciones espumosas con lácteos, versiones afrutadas con hierbas aromáticas, propuestas para peques y también áspics sabrosos. Todo explicado con un lenguaje cercano, paso a paso y con truquitos para que te salgan a la primera. Y sí, a veces las webs te pedirán aceptar cookies (tranqui, se hace en un clic… ¡y luego ya te pones a hornear las tuyas!).

Qué es la gelatina y por qué merece un sitio en tu cocina

La gelatina es un producto alimentario rico en colágeno, una proteína que, a nivel químico, es un polímero de aminoácidos. En la industria alimentaria se usa para aportar cuerpo, proteínas o vitaminas, y en casa nos enamora por su textura y su capacidad de atrapar sabores. La que asociamos al postre suele ser saborizada, pero la neutra abre un abanico enorme, desde delicias dulces a recetas saladas con emplatados elegantes.

Además de su perfil proteico, aporta algunos minerales como calcio, magnesio y fósforo. Lo mejor es que, usada con cabeza, es baja en calorías y en grasa, así que resulta un comodín estupendo para rematar una comida con un postre ligero o montar un entrante distinto sin complicarte la vida.

En días de bochorno es mano de santo: los postres de gelatina entran solos, y si te animas a combinarla con fruta fresca, yogur o leche condensada, obtendrás postres fresquitos con muy poco esfuerzo. En versión neutra también funciona como glaseado o barniz para tartas, aportando brillo y protección a la fruta.

Un recordatorio práctico: hidrata siempre las láminas en agua fría unos minutos, y si usas gelatina en polvo, florece la cantidad indicada en un poco de agua para disolverla después en el líquido caliente de la receta. Respeta los tiempos de cuajado y evita hervir la mezcla con la gelatina ya incorporada, porque perderías poder gelificante.

Por cierto, entre lectores cocinillas hay comunidades que comparten recetas “que siempre salen” y boletines semanales. Esa cultura de cocina real alimenta ideas y, sobre todo, te permite repetir las preparaciones que te conquistan con confianza.

Postres con gelatina

Un poco de historia que merece contarse

La gelatina no es ningún invento moderno. En la China antigua ya se consumían preparaciones gelificadas obtenidas, por ejemplo, de vejigas de pescado. El salto a Europa se produjo en el siglo XVII y, con el tiempo, el concepto fue calando en cocinas profesionales y domésticas.

Durante siglos su obtención fue lenta y laboriosa: había que extraer colágeno de pezuñas, pieles y huesos, algo que solo tenía sentido en grandes casas con mucho personal. En 1682, Denis Papin dio con un procedimiento de extracción a escala que allanó el camino para democratizar estos platos.

El gran despegue llegó en 1845, cuando Peter Cooper patentó la gelatina en polvo. Desde entonces, disponer de dosis cómodas e hidratables cambió para siempre la cocina de diario: preparar gelatinas dulces o saladas pasó a ser rápido, asequible y, por fin, viable en casa.

Aquellas galantinas y áspics barrocos con ingredientes “flotantes” en cristales tentadores dejaron huella. Hoy siguen inspirando versiones actuales que alternan capas, integran frutas, quesos o carnes y juegan con el contraste de texturas y temperaturas.

Tarta de limón con nata, cuajada y gelatina

Una deliciosa tarta de cumpleaños de la que disfrutar en familia. Lleva cuajada, gelatina de limón, chocolate y nata. Buenísima.

Receta Postre Thermomix Vasitos de Cuajada con gelatina de fresas

Vasitos de cuajada con gelatina de fresas

Estos vasitos de cuajada con gelatina de fresa son tan llamativos que son ideales para servir en vasitos individuales.

Tarta de fresa (con gelatina)

Una tarta de pastelería con bizcocho, lácteos y gelatina de fresa que aportará sabor y colorido.

Historia de la gelatina

20 ideas con gelatina: dulces clásicos, modernos y con toque salado

Aquí va un repertorio para todos los gustos. Encontrarás opciones espumosas y muy cremosas, combinaciones con fruta y hierbas aromáticas, propuestas lácteas, panna cotta y mousse, y, cómo no, tres recetas saladas tipo áspic que sorprenden en cualquier mesa.

Cremosas y espumosas

Gelatina de fresa espumosa con leche condensada. La clave del efecto “nube” está en batir a conciencia la mezcla líquida. Necesitas gelatina de fresa, fresas naturales, agua, leche fría, leche evaporada y leche condensada. Tritura o bate en un vaso alto para incorporar aire, reparte en moldes y deja que cuaje. En unos 30 minutos tendrás un postre listo para decorar con fruta o virutas.

Gelatina espumosa de vainilla estilo Rashel Román. Aquí la base son la leche evaporada, la gelatina sabor vainilla y agua muy caliente para disolverla. Durante el proceso puedes añadir trocitos de nuez o almendra para dar un toque crujiente. El resultado es una gelatina cremosa y ligera que triunfa siempre.

Para peques y fans de lo divertido

Gelatina tipo Duvalín tricolor. Se trabaja por capas: preparas cada color por separado y usas un poco de colorante vegetal para lograr el efecto vistoso. Puedes darle un punto cremoso con lácteos para acercarte al recuerdo del dulce original. Es un espectáculo al corte.

Gelatina de Bubulubu. Más laboriosa, pero la combinación de chocolate, leche y gelatina con esos dulces de tienda (con pan y fresa) es puro capricho. Ideal para celebraciones, porque une lo mejor del pastel con lo lúdico de la gelatina.

Gelatina de refresco de naranja. Con solo tres ingredientes consigues una idea brillante para fiestas infantiles que también encantará a los mayores. Usa tu refresco favorito (naranja, limón, cola…) y prueba combinaciones con gelatinas saborizadas para una firma personal.

Postre de limón (con gelatina)

Facilísimo postre de limón hecho con un sobre de gelatina. Se prepara en unos minutos, sin necesidad de horno. Necesita unas horas de frigo para que cuaje.

Panna cotta de boletus

Preparar esta panna cotta de boletus es fácil y sencillo y con ella tendrá un aperitivo llamativo y lleno de sabor.

Dulce de calabaza

Con este dulce de calabaza podrás preparar fantásticas tablas de queso y otras reetas tanto dulces como saladas.

Café, cacao y sabores muy nuestros

Gelatina de café cremosa. Lleva café soluble, leche condensada y lácteos al gusto. Es fresca y sofisticada; si te gusta el café más amargo, reduce el azúcar y, si hay peques, endúlzala un poco más. Perfecta para una merienda con hielo.

Gelatina de mazapán con chocolate. Dos sabores adorados en México: el mazapán de cacahuete y el chocolate. Económica, fácil y cien por cien casera, con ingredientes y utensilios que ya tienes en la despensa.

Fruta fresca y hierbas aromáticas

Gelatina de vino blanco con tomillo y romero, para servir con gorgonzola. Disuelve azúcar en el vino, llévalo a ebullición y deja dos minutos para evaporar el alcohol. Retira, infusiona las hierbas unos 10 minutos y cuela. Hidrata 3 láminas de gelatina, calienta de nuevo el vino, disuélvelas y vierte en moldes. Al enfriar, acompáñala con tostadas y queso azul.

Gelatina de frambuesa con albaricoque y canela. Corta albaricoques en dados y cocínalos dos minutos en agua con azúcar y canela; reserva. Tritura frambuesas, cuela para eliminar semillas y prepara un almíbar ligero. Incorpora el zumo de frambuesa, añade la gelatina hidratada, mezcla bien y vierte en moldes con algunas frambuesas frescas. Cuando empiece a cuajar, añade la fruta semi-compotada por encima.

Gelatina de kiwi y limón. Licua kiwis con unas hojas de menta, cuela y prepara un almíbar con agua y azúcar. Añade los zumos de kiwi y limón, integra la gelatina (3 hojas), vierte en moldes y deja enfriar. Decora con dados de kiwi y menta.

Gelatina de fresas y menta. Tritura las fresas, cuela, perfuma con zumo de lima y prepara un almíbar ligero con agua y azúcar. Mezcla, reparte en moldes y enfría. Sirve con rodajas de fresa y hojas de menta.

Gelatina de mandarina y cardamomo (con un toque de zanahoria). Machaca el cardamomo y infusiónalo en el zumo de mandarina sin llegar a hervir; cuela. Añade zumo de zanahoria y azúcar, calienta suavemente, incorpora 4 hojas de gelatina hidratadas y vierte en un molde. Decora con gajos de mandarina alrededor.

Gelatina de manzana para abrillantar tartas. Licua manzanas ácidas, cuela para obtener un jugo claro y mézclalo con zumo de manzana y limón. Calienta y, justo antes de hervir, añade 2 hojas de gelatina hidratadas. Retira, enfría y guarda en tarro; su consistencia es perfecta para barnizar pasteles.

Tarta fresquita de melocotón

Tarta fresquita de melocotón

Atrévete con esta deliciosa tarta de melocotón congelada. Es un postre fresquito para estos días de calor con un gran su sabor.

Flan de chocolate vegano y sin azúcar

Este flan de chocolate vegano y sin azúcar es un postre apto para muchas intolerancias, fácil y rápido de hacer con Thermomix.

Dulce de boniato

Hacer dulce de boniato casero es muy sencillo con Thermomix. Una receta sencilla que podrás disfrutar con tu queso favorito.

Panna cotta y mousse que enamoran

Panna cotta con gelatina de frutos rojos. Hidrata 2 láminas de gelatina. Calienta nata con azúcar y vainilla sin que llegue a hervir, apaga, añade la gelatina escurrida y mezcla. Vierte hasta un tercio o la mitad del molde y deja cuajar. Termina con una gelatina preparada con frutos rojos variados y enfría de nuevo.

Panna cotta con gelatina de naranja/mandarina. Prepara primero la gelatina cítrica y ponla en la parte inferior de copas inclinadas para lograr un plano bonito. Deja solidificar y completa con la panna cotta (nata, azúcar, vainilla y gelatina). Resultado vistoso con cero complicaciones.

Mousse de chocolate blanco con albaricoques. Hidrata 3 hojas de gelatina. Funde chocolate blanco y, fuera del fuego, disuelve la gelatina. Incorpora parte de la nata montada con movimientos envolventes y luego el resto. Para el coulis, cocina albaricoques con limón, azúcar y vainilla unos 15 minutos. Monta capas alternas de mousse y fruta fría, y decora con láminas de albaricoque y menta.

También hay vida más allá del postre: saladas con gelatina

Áspic de pollo con tomates confitados y huevos de codorniz. Parte de un caldo de pollo claro hecho con carcasas y verduras; en el último tramo, cuece pechugas y contramuslos con un chorrito de vino de Jerez. Cuela muy bien, ajusta de sal y pimienta y añade unas gotas de vinagre. Confitas tomatitos cherry, hierves 3 minutos los huevos de codorniz y deshilachas la carne. Calienta el caldo, disuelve 10–12 hojas de gelatina hidratadas, vierte una base en los moldes y, cuando espese, coloca pollo, huevos y tomates; completa con más caldo gelatinoso.

Áspic de atún con arándanos y limón. Saltea brevemente tacos de atún para sellar. Hierve fumet con zumo de limón, vino blanco, pimientas y eneldo; cuela e incorpora rodajas de limón y arándanos a fuego bajo. Hidrata 12 hojas de gelatina, disuélvelas fuera del fuego, añade el atún y vierte en un molde grande y bajo para que los dados queden repartidos. Reserva algunos trozos y fruta para ponerlos arriba cuando la mezcla espese un poco.

Gelatina de vino para acompañar carnes. Usa vino de Jerez (tipo amontillado), zumo de limón, tomillo y romero. Lleva a ebullición dos minutos para evaporar alcohol; infusiona las hierbas, cuela y ajusta de sal. Hidrata 3 láminas de gelatina, disuélvelas y pasa a moldes. Enfría bien: queda fantástica con asados y tablas de quesos.

Tarta de naranja

Tarta de naranja

Prueba esta deliciosa tarta de naranja hecha con queso y una gran cantidad de vitamina C para que complete tu dieta.

Tarta de queso y uvas al moscatel

Esta tarta de queso y uvas al moscatel es una propuesta cremosa y diferente con la que servir una postre especial.

Variantes populares que arrasan en buscadores

En grandes portales de recetas hispanoamericanos, las categorías más consultadas son las gelatinas de mosaico, las de frutas y las de yogur. Hablamos de cientos de propuestas indexadas, desde versiones básicas hasta auténticas filigranas de capas y colores.

Entre los éxitos más repetidos aparecen joyas como la Flotatina de Vainilla, la Gelatina de Oreo con Chocolate, la Mosaico Invertida, la Gelatina de Zanahoria con Piña, la Gelatina de Ferrero, la Cristalina con Frutas, la Flotante de Cajeta, la Mosaico de Carlota de Limón, la Gelatina de Horchata y hasta una original Gelatina de chile en nogada.

En las novedades recientes asoman formatos muy trend: gelatinas de chocolate Dubái, de mora para verano, cocteleras como clericot o “paloma”, de duraznos con crema, el clásico mosaico, chocomenta, mango, tamales de gelatina, fantasmas de Halloween, fruta encapsulada, donas de gelatina, piña rellena de mosaico, o refrescantes combinaciones como gelatina de agua de tamarindo con mango.

Muchas de estas recetas indican tiempos de cuajado que van de 20 a 360 minutos, niveles de dificultad bajos y formatos que alternan texto y vídeo. La parte buena es que con moldes sencillos y una nevera, cualquier cocina casera puede abordarlas sin estrés.

Recetas dulces y saladas con gelatina

Consejos prácticos y pequeños trucos

Para que tus gelatinas queden claras, sin grumos y con textura firme pero agradable, te dejo unos tips que, sin ser complicados, marcan la diferencia.

  • Hidrata láminas en agua fría 5–10 minutos y disuélvelas en líquido caliente fuera del fuego; con polvo, hidrata primero (bloom) y luego integra.
  • Cuela zumos de fruta (fresa, kiwi, frambuesa) para eliminar semillas y fibras; la textura final será más fina.
  • Evita hervir la mezcla después de añadir la gelatina; el calor excesivo reduce su poder gelificante.
  • Para desmoldar fácil: unta el molde con una gotita de aceite neutro o moja con agua fría; tras cuajar, pasa el borde con una puntilla.
  • En áspics salados, prueba con un chorrito de Jerez o vinagre suave para avivar el sabor; en dulces, ajusta acidez y azúcar con cítricos o almíbares ligeros.

Si has leído hasta aquí, ya tienes un arsenal de ideas y técnicas para crear desde gelatinas espumosas de fresa a áspics con atún o pollo, pasando por panna cottas bicolores, mousses ligeras y versiones afrutadas con menta, cardamomo o canela. La gelatina no entiende de etiquetas: es económica, agradecida y, con un poco de mimo, te regala postres y entrantes con presencia de restaurante.

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