Los quesos son una idea excelente para presentar en una mesa. Hay infinidad de variedades, con todos los formatos y toda clase de gustos. Pero ¿cuántas variedades debemos de incluir en una bandeja? ¿cuántas raciones debemos presentar por cada comensal? ¿Qué podemos acompañar en una tabla de quesos?
Todas estas preguntas se combinarán con los mejores trucos y consejos para poder crear la mejor tabla de quesos para tus invitados. No dudes en poner este tipo de presentación sobre tu mesa, es una opción realmente socorrida, gusta por regla general y resulta ser un picoteo informal y con clase.
Cómo preparar la tabla para quesos
Hay que seleccionar más bien una bandeja amplia o una gran tabla de madera, para presentar los quesos cortados. Escogeremos una pieza de madera oscura o blanca, o una tabla de rafia, o de cerámica, o cristal. Generalmente debe ser lisa, sin ningún tipo de decoración excesiva, ya que lo que importa es la visualización del queso.
A la hora de colocar los quesos hay que agruparlos por secciones, sin amontonarlos, que tengan espacio para que estén cómodamente colocados. Situaremos la tabla o bandeja en el centro de la mesa para que pueda ser servido por todos los comensales.
¿Cuánta cantidad de queso hay que colocar?
Hay que analizar las variedades de queso que tenemos para servir. Lo ideal es colocar entre 6 y 8 variedades de quesos diferentes con diferentes composiciones: leche de vaca, cabra y oveja. Por estados de maduración, texturas, regiones. Si los comensales van a ser pocos, lo ideal es poner 4 quesos diferentes y si se van a presentar para un postre, se presentarán tres piezas distintas por cada plato.
Dependiendo del número de comensales, proponemos colocar una cantidad similar a unos 80g por persona, siempre que esté servido con algún tipo de acompañamiento. Si el plato de queso va a tomar mucho protagonismo, se puede aumentar a 200 g.
Cómo escoger las variedades de queso
Escoger la variedad no es difícil e irá en sintonía de la intuición que se maneje a la hora de su compra. Si los quesos no es lo tuyo siempre puedes pedir el mejor de los consejos a los maestros de las queserías para recomendarte lo mejor de la tienda. Cuanta más variedad haya en una tabla, mejor será el disfrute y la diversión, al lado de un buen vino. Hay que intentar llenar una gran tabla con diferentes aromas, sabores y texturas, pero siempre que encajen y se puedan complementar entre sí. Hay tres aspectos que han de destacar:
- La composición de su leche. Las más genéricas suelen ser la de vaca, cabra y oveja.
- La textura de su fabricación: con quesos de tapa blanda, semidura, dura. Quesos de untar que se representan en tarrinas, quesos azules untables.
- La maduración. Hay tres tipos de maduración, el tierno, semicurado, curado y el envejecido.
Las variedades se pueden extender, ya que los quesos internacionales representan otro tipo de formato. Encontramos el queso Emmental, el Camembert francés o el Stilton inglés. Busca la armonía de sabores, categoriza los quesos por su intensidad, desde los más fuertes a los más suaves o con sabor dulce.
Temperatura y corte de los quesos
Cada queso requiere su propio corte y presentación. Los quesos redondos tipo manchegos, con formato tierno, semicurado y curado, han de representarse en cuñas o rectángulos, siempre con la corteza. Los quesos con sabor o aroma mucho más fuertes, es mejor presentarlos con un corte fino, de esta forma se potenciará mucho más su aroma.
Los quesos con un formato muy duro, como el Parmigiano no pueden cortarse con una forma fija, tienen que ser servidos y cortados en lascas o en formas de rocas irregulares. Otro formato que nos encontramos son los quesos de untar, se servirán siempre fríos. Tienen que ser servidos en sus propias tarrinas o colocar sus cremas en recipientes con sus correspondientes cuchillos de untar. Las Tortas del Casar se presentarán con su propio formato, abiertos y enteros.
Acompañamiento para una tabla de quesos
El pan es el mejor acompañamiento para estos quesos. Los pequeños panecillos tipos tostas y las galletas combinan muy bien para los quesos suaves. Los frutos secos como avellanas, almendras, nueces, acompañan muy bien con los quesos medio dulces como el Gruyere o los quesos viejos y curados. Este acompañamiento no enmascara su sabor, sino que potencia su sabor.
Las frutas dulces como la manzana, los frutos rojos secos, las pasas, uvas…son un gran acompañamiento para poder comer entre dos formatos de quesos, para poder limpiar el sabor entre uno y otro. Siempre utiliza tablas o espacios lo suficientemente grande para poder hacer mucha más atractiva la presentación. Otro dato a tener en cuenta es a la hora de comprar los quesos, ya que muchos son muy sensibles a permanecer a temperaturas sin frío.