Esta especie de bizcocho sin molde es perfecto para el desayuno o la merienda (tenéis que probarlo mojado en leche) y para después de una comida de fiesta, con una copia de vino dulce.
Es una adaptación de un dulce tradicional de la región de Emilia Romaña: la ciambella romagnola. Y digo adaptación porque yo le he puesto anís y zumo de limón pero se suele hacer con leche o con un licor de la zona que se llama Sassolino.
Lo curioso es que la masa que obtenemos no se pone en un molde. La colocaremos directamente en la bandeja de horno que habremos engrasado y enaharinado previamente o cubierto con papel de horno. Le daremos forma con las manos mojadas, creando una especie de pan aplastado. Luego solo nos quedará espolvorear azúcar en la superficie y hornearlo.
Probadlo este fin de semana. Os va a encantar.
Bizcocho sin horno
Una receta tradicional de Emilia Romaña hecha con ingredientes que todos tenemos en casa. Fácil y muy rica.
Más información – Roscos de anís y canela