Hoy os traigo un estofado de garbanzos y boniato que os va a encantar sobre todo los días fríos de invierno. Está hecho con un poco de aquí y un poco de allá, así que es una receta de aprovechamiento perfecta para limpiar la nevera.
Esta receta tiene dos ingredientes principales: los garbanzos y el boniato. Este último es un tubérculo que encontraremos en el mercado en otoño e invierno. Se parece mucho a la patata aunque su sabor es más dulce. Se pueden hacer infinidad de receta e incluso recetas dulces.
Los garbanzos es la legumbre que más nos gusta en casa. Antes teníamos algún que otro contratiempo cuando se nos olvidaba poner en remojo los garbanzos pero desde que tenemos en marcha el truco de los garbanzos remojados nunca fallamos y nos permite improvisar y preparar platos sobre la marcha.
Nuestro truco favorito consiste en tener congelados garbanzos ya remojados pero sin cocer. Es decir, cuando vamos al mercado compramos muchos garbanzos. Esa misma noche los ponemos en remojo en recipientes diferentes. A la mañana siguiente, retiramos el agua y los envasamos según las raciones que vayamos a cocinar. Los metemos en el congelador y ya están listos para preparar un cocido o un caldo calentito de invierno. Así, aunque nos despistemos, no pasará nada porque los podemos poner directamente en la olla a cocer.
Aunque siempre nos queda la opción de abrir un bote y lanzarnos a preparar este rico estofado de garbanzos y boniato.
Índice
Estofado de garbanzos y boniato
Una receta de aprovechamiento para los días de invierno.
Más información – Bizcocho de boniato
Sé el primero en comentar