Hoy quiero hablaros de una variedad muy original de patata. Se conoce popularmente como patata violeta pero su nombre real es variedad Vitelotte o Négresse. Son realmente preciosas. Su forma es alargada o redondeada, y generalmente son de pequeño tamaño. Por fuera son casi negras o grisáceas pero cuando las pelas y las cortas te sorprende ese color morado intenso (recuerda al color de la remolacha) y, a veces, con toques blancos. Su sabor es muy similar al de una patata tradicional, sin embargo, tiene unos toques de suavidad y dulzor muy característicos. Su uso es el mismo que le daríamos a cualquier patata, así que nosotros hemos querido hacerlas fritas en daditos para que contrastara con el blanco del alioli.
Sus propiedades superan a las patatas comunes y, su precio, como os podréis imaginar, es superior al de las patatas comunes, rondando los 4€ el kilo. Ya hay muchos comercios que las venden (como Carrefour o Lidl) y también en mercados de abastos o tiendas gourmet especializadas.
En mi opinión, es interesante comprarlas de vez en cuando para hacer algún plato pintón y bonito y probar cosas diferentes, pero por supuesto, seguiremos usando de forma habitual las patatas comunes que tienen un precio mucho más asequible.
Patatas violetas con alioli de jengibre
Vistosas patatas violetas acompañadas con salsa alioli de jengibre, un entrante perfecto para lucir nuestra mesa.
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