¿Os acordáis de la salsa teriyaki casera que hicimos hace unos días? Hoy os muestro como usarla para hacer pollo teriyaki con sésamo y arroz. El resultado es un plato muy completo con aire asiático y donde el pollo queda jugoso y tierno.

La receta puede parecer larga pero tenemos que acordarnos de que el pollo tiene que macerar unas 12 horas. El resto se hace enseguida. En casa muchas veces dejamos el arroz ya preparado, así cuando llegamos hambrientos, mientras uno pone la mesa el otro hace el pollo y en unos minutos ya está todo listo para comer.

La salsa teriyaki que he usado es casera porque así me aseguro que no lleva gluten pero, si no hay inconveniente, podéis usar una comprada. La encontraréis en grandes almacenes o en supermercado especializados en productos asiáticos.

No os olvidéis del sésamo que aporta calcio y además le da un toque muy divertido al plato.

Pollo teriyaki con sésamo y arroz

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Un plato completo y con aire asiático fácil y rápido de preparar.

Mayra Fernández Joglar

Cocina: japonesa
Tipo de receta: carnes
Calorias: 450
Raciones: 2

Tiempo de preparado: 12H 30M
Tiempo de cocinado: 32M
Tiempo total: 13H 2M

Ingredientes

1 pechuga de pollo deshuesada y sin piel
85 g de salsa teriyaki (ver receta aquí)
200 g de agua (150+50)
1 cucharada rasa (tamaño sopa) de maicena
Tallo de cebolla fresca
1 chorrito de aceite de oliva
Sésamo
Sal y pimienta

Para el arroz

800 g de agua
150 g de arroz
Sal

Preparación

Ponemos en el vaso la salsa teriyaki y agregamos 150 g de agua. Calentamos durante 5 minutos, 90º, velocidad 1. Mientras, desleímos la maicena con los 50 g de agua restantes. Terminado el tiempo, vertemos la mezcla de maicena al vaso y programamos 5 minutos, 100º, velocidad 2. La salsa espesará y se volverá más densa.
Retiramos la salsa del vaso. Reservamos la mitad de la salsa en la nevera en un bote con tapa. La utilizaremos cuando cocinemos el pollo. El resto nos servirá para marinarlo, así que la pondremos en un recipiente amplio también con tapa y la dejamos enfriar unos 30 minutos.
Aprovechamos para limpiar bien la pechuga de pollo retirando toda la grasa y telillas que pueda tener. La cortamos en dados y espolvoreamos pimienta recién molida. También le va bien jengibre.
Ponemos los trozos limpios en el recipiente amplio junto con la salsa ya enfriada. Mezclamos bien para que todos los trozos se queden impregnados. Guardamos tapado en la nevera y dejamos que repose durante 12 horas. Es conveniente darle un par de vueltas durante el tiempo de reposo.
Al día siguiente preparamos el arroz, para ello llenamos el vaso con agua y la sal y programamos 7 minutos, 100º, velocidad 1. Cuando el agua esté caliente, ponemos el cestillo con el arroz y programamos 15 minutos, 100º, velocidad 4. Durante estos 15 minutos debemos mover el arroz con la ayuda de la espátula un par de veces. No hace falta parar la máquina ya que podemos hacerlo a través del bocal. Terminado el tiempo, retiramos con cuidado el cestillo y refrescamos un poco para cortar la cocción. Hay que echarle sólo un poco de agua fría, no hace falta demasiado ya que nos enfriará el arroz.
Limpiamos el tallo de la cebolla fresca y lo cortamos en rodajitas al bies. Reservamos.
Cuando falten unos minutos para terminar el arroz nos ponemos con el resto de la preparación. Escurrimos bien el pollo de la marinada y lo doramos en un wok o sartén caliente con un poco de aceite. Como son trozos pequeños y están marinado se harán enseguida pero hay que tener la precaución de dorarlos por todos los lados.
En el momento que tengamos dorados los trocitos, añadimos la mitad de la salsa que habíamos guardado en un bote. Al calentarla veremos que los trocitos de pollo se vuelven más brillantes y jugosos. Ajustamos de sal y retiramos antes de que la salsa se consuma.
Servimos el arroz en una fuente o en dos platos. Colocamos los trocitos de pollo superjugosos encima y terminamos decorando con sésamos y con las rodajas que teníamos reservadas.